viernes, 8 de junio de 2012

Hasta siempre Preciado

 Ayer conocía la muerte de Manolo Preciado, entrenador de fútbol. Un tipo entrañable. No podía creérmelo, no quería creerlo. Pero sí. Un paro cardíaco fue la causa. Se me puso mal cuerpo, de hecho, aun se me pone la piel de gallina al pensarlo.

 Y es que Preciado se hacía querer, un tipo que con poco más de 50 años ha perdido a un hijo de 15 años en un accidente de tráfico, a su padre con más de 80 en un atropello y a su mujer por cáncer, no podía ser otra cosa que un luchador. Y Preciado lo era. Y lo mejor aun nunca perdía la sonrisa. Y siempre, siempre, siempre, llevaba la foto de su mujer en el bolsillo y la besaba antes de empezar cualquier partido. Un tío con un corazón que no le cabe en el pecho, y precisamente eso, su corazón fue lo que se paró.

 Hace pensar, hace pensar que cualquier día podamos ser nosotros. Tú, yo o el vecino. ¿Quién sabe? Y eso debería hacernos pensar y ver que realmente hay pocas cosas por las que merezcan la pena preocuparse, y una de ellas es la salud.

 Y después de esto, no puedo seguir quejándome de mis mareos.

 Dejo algunas de sus perlas:

 "¿Euforia?. Estamos a un partido del descenso. Ni ahora somos el Bayern Leverkusen ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos". Esta frase la dijo Preciado en rueda de prensa tras vencer al Deportivo con el Sporting de Gijón por 0-3.

"Me considero el máximo responsable de esta mierda que hemos visto hoy". Preciado se culpó de esta manera de una derrota del Sporting por 4-0 ante el Atlético.

"Este es un equipo barato, pero con unos huevos como el caballo de Espartero". Manolo preciado ensalzaba así al Sporting tras una victoria ante el Atlético de Madrid.

"Podía haberme hecho vulnerable y pegarme un tiro o mirar al cielo y crecer. Elegí la segunda opción".Eestas palabras las dijo tras la muerte de su hijo, en el 2004, dos años después de que su mujer falleciera víctima de un cáncer.

Lo dicho, un grande que se va. D.E.P.

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