lunes, 30 de mayo de 2011

Maldito bastardo

Hoy, antes de apurar un ratito de estudio, es casi obligado narrar los acontencimientos que me han sucedido.

A las 7:30 a.m, como todos los días laborables de todas las semanas, he salido de casa rumbo al trabajo de mi madre, iba con ella, pues soy yo quien la lleva por las mañanas. Cercanas las 8 a.m la he dejado en el trabajo y he puesto dirección a mi querida universidad. No iba nervioso, pero curiosamente hoy tenía examen, y yo, persona responsable, los días que tengo examen no estoy para muchas bromas porque me mantengo en un cuidado estado de concentración mental.

Bien, tras pasar por Sol(por cierto, para los acampados, aquello ya da pena, empieza a parecer tercermundista, el mensaje está dado, y desde aqui digo, una retirada a tiempo, a veces es una victoria) me acerco a una bocacalle de Gran Vía y para variar, semáforo en rojo; dos carriles, uno de ellos invadido por un coche con las luces de warning, conclusión, un único carril hábil. Me toca parar, paro un poco después del que estaba parado, y, de repente, por el retrovisor veo que un taxista sale de la fila, se pone a mi vera y da el intermitente esperando que cuando se ponga verde colarse. Me doy cuenta de la sucia, y me arrimo lo posible al de delante. Pasan unos segundos en que el bastardo piensa en colarse y yo en no dejarle colar. Se pone en verde, me pego más pero el tipo mete el morro, lo mete de tal forma que si no pego yo un frenazo me doy con él. Acepto que se meta, una vez delante de mi, el semáforo vuelve a ponerse rojo. Pitada que le cae al canto, pitada reiterada, luces largas y pitada reiterada. El impresentable me mira por su retrovisor y me levanta las manos, lo veo, miro hacia delante para que me vea y empiezo a darme cachetes en la cara. El tipo no lo acepta, se crispa, se crispa mucho, tira de freno de mano y se baja del coche, a partir de ese momento mantengo esta conversación con el taxista(inciso, las ventanillas de mi coche bajadas, y el taxista se me arrima):

-"¿Qué te pasa?" -Grita como un loco.
-"Es tener mucho morro colarse de esa manera".- Le respondo con tono normal
-"¿Ahora te molesta que me cuele cuando 100 metros más atras te has saltado una linea contínua?" -Eleva aún más su tono de voz.
-"Donde yo he girado está permitido el giro, si no se lo cree puede ir y comprobarlo". -Le respondo pausado.
- "Me da igual lo que digas".
- "Sabes que no tienes razón".- Le corto con el mismo tono de voz pausado mientras le niego con movimientos de cabeza.
- "Me suda la polla lo que me digas." - Grita enfurecido. Aparte de inútil, maleducado.
- "Sabes de sobra que no tienes razón". - Le insisto
El tipo se gira y vuelve a su coche, cuando está a punto de llegar, se da la vuelta y me grita:
- "Que son muchos años ya los que llevo conduciendo el taxi" - Grita como si eso le diera la razón
Aquí, crecido de mi, saco la cabeza por la ventanilla y le respondo:
- "Quizá sea ese el problema"

El semáforo se pone verde, el gira a la derecha y yo a la izquierda, justo cuando giro le vuelvo a pitar, para recordarle que esta vez, él no tenía razón.

Ojalá nadie suba a ese taxi en un mes, porque antes de taxista, conductor o chulo hay que tener educación.

Por suerte para mi, este incidente con este impresentable no me impidió rendir bien en mi examen de Puertos y Costas, que, por si existiera la posibilidad remota que este blog llegara a sus oídos....Vicente Negro eres el tío más grande de la E.T.S.I.C.C.P.

Esto es todo por hoy, voy a ver si hago algo, mañana quizá hable de Ortega Cano, si hay tiempo y ganas.


Cuidarse.

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