sábado, 22 de septiembre de 2012

Más, más y más

 Nunca se acaba.

 Hace 7 años, cuando empecé mi andanza universitaria estaba convencido que si me licenciaba como ingeniero de caminos tendría un trabajo asegurado de por vida. La situación del país por aquel entonces así me lo hacía pensar. Era un gremio que se rifaba en el mercado laboral y en el que se tenía opción de elegir.

 Sin embargo, con mi título debajo del brazo y con multitud de curriculums enviados a empresas y sin ni siquiera una entrevista concertada, lo de una oferta es una utopía, tengo claro que seguir formándome es la única manera de poder acceder a un puesto de trabajo mínimamente decente.

 Me viene a la cabeza una frase que se me quedó grabada en una clase de mi último año en la escuela de caminos, Manuel Romana, profesor de sexto, sentenció ante la situación que vive el país: "Estad tranquilos, la situación es muy difícil, pero no conozco ningún ingeniero de caminos que se haya muerto de hambre".

 Todo ello me ha llevado a matricularme en el "Master Internacional en Explotación y Seguridad de Presas y Balsas" que imparte el Comite Nacional Español de Grandes Presas y el Colegio de Ingenieros de Caminos. Esta aventura me llevará 9 meses de mi vida en los que invertiré 9 horas diarias de clases que, espero, me catapulten a un próspero futuro profesional.

 Creo que puede ser una buena manera de quedarme en este país a desarrollarme en este campo, pero también es cierto que las grandes oportunidades hoy día no se encuentran dentro de nuestras fronteras.

 Dentro de 9 meses, Dios dirá.

 Cuidarse.

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