jueves, 24 de mayo de 2012

La examinadora se ríe del alumno

  Hoy vengo a contaros una pequeña anécdota de un examen, concretamente de Ingeniería Sanitaria del cual, me he examinado hoy.

 6 hojas. Preguntas de datos de concentraciones de sólidos en suspensión. Dibujar secciones y por poco no nos mandan plantar un pino directamente. Alucinante. Mira que no soy partícipe de criticar mucho a los profesores, soy de la opinión de que "cuando seas padre comerás huevos", y si ellos quiere putear, pues puteados seremos. Pero preguntarnos datos de normativas....creo que pasa de castaño oscuro.

 El caso es que, cuando me han dado la tercera hoja la cosa se ha empezado a torcer. Las dos primeras estaban más que defendidas, y en la tercera ya ha sido cuando he tenido que dejar la primera de 5 preguntas en blanco. La cosa se complica. No nos agobiemos, faltan más hojas, esto de momento va aprobadísimo.

 Hoja 4. 2 míseras preguntas. Una me sonaba poco, la otra ni sabía lo que era. Alucinante. En esto que había una profesora rondando mi zona, y la tipa debió percatarse de que aquello no era lo mío....El tiempo se acaba y antes de que acabe nos ponen el otro ejercicio (ejercicicio 5), según me lo pone, me dice, en referencia al ejercicio 4:

- ¿Te lo puedo retirar, ya has acabado?
- Si, sí, esta hoja me la puedes quitar desde hace 20 minutos.
- Anda, anda, si las has contestado.
- La primera me suena, la segunda no sé ni de qué va siquiera. ¿Qué clase de preguntas son estas?
Se ríe. Y me quita el ejercicio


Ejercicio 4. Problema. No dejan usar calculadoras programables. Yo solo tengo calculadora programable. Bien.
Lo planteo, lo planteo mal. Me queda operar. Levanto la mano, viene la tipa, le digo:

- Perdona, no tengo más que calculadora programable. Te llamo para que veas que solo voy a operar y no pienses que te timo y me eches del examen.
Nota-. La trato de tú porque es joven, y es maja.
- No hace falta que me llames para eso. Pero está bien que me avises para cubrirte las espaldas por si acaso.
La miro, me sincero:

- Mira, aunque me quitaras el ejercicio ahora mismo sacaría lo mismo. Se os ha ido de las manos el ejercicio este año.
Se ríe de mi.
- ¿Tan mal te está saliendo el examen?
- ¿Es este el último ejercicio?
- No, queda otro. El de la parte que explico yo.
- Menos mal, a ese ejercicio estoy esperando para levantar esto.

Se vuelve a reir de mi.

Llega el ejercicio 6. Me lo da. Lo miro. Efectivamente sé más que de los otros. Lo peleo.
Entrego el examen.
Estoy en el hoyo. O muy próximo a él. Puedo aprobar, pero es más factible caer.


Ya sabéis, estar de risas con una profesora es de todo menos buena señal. A las pruebas me remito.
Pese a todo. Algo en el examen hice. Morir matando. Con el escudo o sobre el escudo. Está vez creo que he vuelto a casa sobre el escudo. Por suerte, tengo otra opción si se confirma lo peor. Prometo, en caso de tener que apurarla, reventarlo.

Cuidarse

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