jueves, 28 de octubre de 2010

El horizonte tiene nubarrones

 De nuevo yo, esta vez cansado debido al ajetreado día que he tenido.
 No recuerdo cuándo fue la última vez que practiqué deporte, por eso no sabía ya lo que era estar cansado. Hoy, tras una mañana de clases, una hora de padel, una charla profesional y unas horas de estudio, he llegado a casa, he "malcomido" y he cenado demasiado bien. Estoy cansado, asique no tardaré en acostarme.
 Hay muchos temas sobre los que podría escribir, entre ellos, uno que me ha comentado mi hermano y que he tenido que comprobar porque me parecía increible, me refiero a las declaraciones del personaje Sánchez Dragó, de verdad, no tengo nada que añadir, las declaraciones son más que significativas, copio y pego:

En su último libro Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción... (Planeta), el escritor Sánchez Drago asegura haber mantenido relaciones sexuales con dos "lolitas" de 13 años en Tokio. En la página 164 de la obra, que recoge sus conversaciones con el dramaturgo Albert Boadella, Sánchez Dragó narra lo ocurrido, que sitúa en la capital japonesa en 1967.
Cuenta que salió del metro y se topó de frente "con unas lolitas de esas -ahora hay muchas- que visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rimel, tacones, minifalda...". El escritor, que dirige y presenta en la cadena pública Telemadrid, el programa de literatura Las noches blancas, da más detalles. "Las muy putas se pusieron a turnarse". Y afirma: "Las delincuentes eran ellas y no yo".

 Alucinante que esto se consienta, y que este tipo no esté encarcelado tras esto, pero bueno, tristemente, personajes así abundan por este país.

 Cambiemos de tema que ese  me pone de mal humor.

 Recuerdo que hace algún tiempo algún amigo me había comentado lo importante de la especialización de cara al futuro en un mundo tan globalizado como es el que vivimos, bien, hoy tengo que darle la razón. Estoy empezando a obsesionarme con la formación, más allá de la que curso como ingeniero de caminos, ya que este título no parece ser suficiente a fecha de hoy. Al iniciar mis estudios en la escuela (6 años vista), recuerdo que todo el mundo me comentaba la seguridad de tener trabajo "aceptable" al acabar el mismo. A día de hoy, empiezo a ver como el resto de mis compañeros empiezan a preocuparse por la realización de MBAs y similares, y yo, empiezo a pensar que como no expanda mis conocimientos a otros ámbitos como la economía de la empresa, la gestión de infraestructuras,el conocimiento del sistema concesional, el aprendizaje de idiomas, o similares, mi futuro empieza a tambalearse, empezando a manifestarse en un equilibrio intestable que repercute en mi inestabilidad, preocupación e incertidumbre ante lo que se avecina.

 Para más inri, se nos muestra en clase de Caminos y Aeropuertos, que, si bien, la dificultades técnicas no serán tales ante lo que en palabras suyas,formidable de nuestra formación, si lo serán dificultades más allá de estos ámbitos, como pueden ser decisiones políticas, económicas y similares. Se comentan ejemplos en los que funcionarios públicos se ven en la "obligación" de tener que proyectar glorietas cuando, al parecer, no son las opciones más seguras en ciertos casos. Algo tan simple como "lo haces o no sigues", o "si quiero ascender, tengo que asumir ciertas normas" empiezan a convertirse en mayoría en la profesión. Es triste, muy triste tal rebajamiento, por suerte, topé con alguien a mi lado que asistía atónito a tales afirmaciones, quizá seamos de la poca gente que aún tiene principios, ética, o simplemente respeto... sé de buena fe que desde la barrera se ven los toros bien, pero yo, al menos en principio, no estoy dispuesto a ser marioneta de nadie si eso conlleva asumir ciertos riesgos que puedan desembocar en la muerte de gente(de manera indirecta, de acuerdo, pero responsables al fin y al cabo). En la misma clase, se habló con excesiva frialdad del valor de un "muerto" en términos económicos....ahí creo que me di cuenta que ese mundo no es el mío, lo mío no es valorar en cantidades monetarias la vida de nadie, y ni mucho menos, sentirme indiferente ante tales hechos, tristemente, parece que hay gente que sí.
Ya descarté el cálculo de estructuras como una posible salida profesional, y, como dije antes, no asumo la idea de obedecer órdenes injustificadas; por todo ello mi horizonte está lleno de nubarrones.

 Todo esto no puede cogernos de sorpresa en un país en el que los ministros se eligen a dedo, en función de amistades, favoritismos o no sé qué. Ni siquiera está al frente de los ministerios gente que sepa del tema propio del mismo. Si el sistema elige a dedo desde su cúspide, ¿qué nos puede sorprender en los escalones inferiores...? Quizá el despido de funcionarios aligeraría el ya cargado sistema económico español, pero, siendo sinceros ¿cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a tomar decisiones en nuestra propia contra...?

 Que el sistema falla es evidente, y que hay más de un motivo, parece obvio.

 Me voy a dormir, que parece que con el cansancio, soy más irascible.
 Cuidarse.

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