domingo, 24 de octubre de 2010

Un domingo de lo más atípico

 Son las 23:00. Música de fondo, "Mi soledad y yo". El día echa el telón. Hoy, ha sido un domingo muy atípico. Tras ver la fenomenal carrera de F1, y tras un par de horas de estudio mañanero, no tenía más remedio que dirigirme a una comida especialmente preparada. A las 14:20, estábamos todos, dispuestos a entrar, todos sabíamos que iríamos a comer, pero ninguno(a excepción de Alberto) sabíamos dónde. Un servidor no está acostumbrado a restaurantes en los que tienes sillones de piel al entrar, perchas para dejar los abrigos o camareros con pajaritas. El sitio era espectacular, y ninguno de los cinco desentonamos, todos bien vestidos y todos con buenas maneras.
 Alberto nos había reunido para celebrar el primer premio que, al año anterior habíamos conseguido Jesús, él y yo, en un trabajo de Urbanismo(asignatura de 4 año de ingeniería de caminos), el trabajo versaba sobre  "Plan parcial Fuente Fría Norte", del que quizá, algún día, os cuente la intrahistoria del mismo. Entremeses variados, paella, doble paella, y sorbete de limón.
Éramos señores en sitios de señores, somos señores en sitios de señores, me atrevo a calificarla de la primera reunión de ingenieros a la que he asisitido, porque todos los que allí degustábamos cursamos ya quinto curso.
 Comimos demasiado, demasiado bien me refiero. Para colmo, el anfitrión nos obsequió con regalos varios de su estancia en el extranjero. En ese momento, sentí algo de verguenza, la persona que nos invitaba tambien nos regalaba.....
 Tras la comida, asistimos al piso de Gonzalo, conocimos a sus vecinas, y poco más.
 Tras todo eso, y con el estómago totalmente lleno, me dirigí a Canal, alli, me esperaba Patricia(buena estudiante y mejor persona), había concertado una cita con ella para asistir al teatro, seguía asistiendo a sitios curiosos en este domingo. LLegué con escasos 5 minutos de margen(todos sabemos lo que significa aparcar en Madrid), y me senté en la platea sin saber muy bien qué se presentaría ante mi, solo sabía que la obra era de improvisación. La obra que vimos fue Impromadrid Teatro, "Corten", algo más de una hora de sonrisas continuas y risas muy pero que muy frecuentes, tres genios de la improvisación en escena, el arte de improvisar en su estado puro, se pasa volando, se hace corto y te quedas con ganas de más. Desde aquí mi aplauso a los artistas y mi agradecimiento a Patri, por invitarme a tal espectáculo.
 Tras ello, cena en el vips, Patricia que no quiere subirse conmigo en el coche, y llegada a casa.
 Lo dicho, un domingo muy difícil de mejorar. Días como el de hoy, uno los agradece especialmente. Además, hace ilusión ver a gente a la que hacía tiempo que no veías, suena tonto, pero es así.
 Ahora, el peso de mi conciencia me impide seguir escribiendo.
 O estudio un rato, o el domingo no será del todo perfecto.
 No hay tiempo que perder.
 Ahora suena, "pisando fuerte".
 Cuidarse.

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