A seis días de la entrega de mi proyecto, sus majestades me tuvieron muy en cuenta. No esperaba, ni de lejos, recibir tantos regalos. Y debe ser la tontería, pero a uno le hace especial ilusión recibir regalos, sea lo que sea, el simple detalle, ilusiona.
Y aqui estaba yo, con mis planos de mi tercera solución de la presa, y mientras los acotaba, oía música. Y mientras oía música, sonaba una canción. Una canción que a uno le pone nostálgico.
A mis 24 años, me hago mayor. Y la inocencia del niño, la voy perdiendo. No me gusta. Pero es así. Ley de vida.
Conviene recordar que al final de la partida el rey y el peón acaban en la misma caja.
Cuidarse.
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