viernes, 29 de agosto de 2014

7 stage: Rotterdam - Bremen - Hamburgo

Buenos días, como os imaginaréis no hemos cumplido con el despertador, pero recordad, estamos de vacaciones y el despertador no es obligación sino orientación.

Abandonamos Holanda el país de los tulipanes que hasta ahora es el que peor recuerdo deja. Ponemos rumbo a Alemania el país que económicamente mueve Europa y que en nuestro viaje supone un puente entre la Vieja Europa y los países nórdicos.

Habíamos oído que en Alemania no existe el límite de velocidad y efectivamente, no existe. A 120 km/h por autopistas alemanas eres casi un obstáculo, un vehículo lento, un estorbo... Los alemanes te adelantan a tal velocidad que incluso dudas sí vas a una velocidad razonable o no. Es curioso, y recomendable.

Y así, como si de un camión se tratase, llegamos a Bremen, esa ciudad alemana que se hizo famosa por sus conocidos "trotamúsicos" ahora si, aparcamos en la misma plaza central de Bremen. Sí, el clima era el mismo que días atrás, llovía, llevábamos las nubes hasta Suecia.

El centro de Bremen sorprende, una inmensa plaza peatonal atravesada por un tranvía y presidida por imponentes edificios. Pero no podemos olvidar que era una ciudad de paso en nuestra ruta, así que tras comprar algún recuerdo fuimos a ver a los famosos "trotamúsicos". Pequeña pero entrañable, 100% recomendable! parada obligada.

Apuramos nuestro tiempo y, tras visitar una de sus Iglesias y asistir a una Misa que más que entender, intuimos. Antes de irnos teníamos que probar los míticos perritos calientes, buena decisión. Abandonamos Bremen para seguir rumbo Hamburgo donde teníamos cobijo. Hora y media de viaje nos separaba del descanso... Ansiado descanso.

Llegamos a Hamburgo algo más de las 22:00h. y tras llevar nuestras maletas al hotel (habiendo recogido previamente, la llave que abría nuestro hotel y nuestra habitación en una gasolinera cercana, a esas horas ni en la recepción nos esperaban), pensamos que ahora o nunca, si queríamos conocer Hamburgo, debía ser ahora, al día siguiente salíamos de viaje hasta Malmö. El cansancio aprieta, los días y paseos pesan pero era nuestra oportunidad para conocerlo, escasos 10 minutos d coche y estábamos en el canal principal de Hamburgo; callejeamos poco pero nos dio tiempo a ver un cine de verano en la plaza principal: llovía, hacia frío,  pero como era previsible, había alemanes disfrutando de la película, pocos, pero los había. Y mientras ellos veían la película Cris y yo disfrutábamos de 50cm de perrito caliente: el pacer hecho perrito. Empiezo a creer que el perrito era nuestra recompensa por decidir conocer aquella ciudad.

Regresamos al hotel, nuestros ojos se cierran mañana, si no hay contraorden llegaremos a destino. Mi hermana ya está de parto. Mañana más.

Desde Alemania, buenas noches.


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