jueves, 14 de agosto de 2014

1stage:Madrid Zaragoza Lourdes

Os voy a contar, cuando pueda, la experiencia de recorrer Madrid-Malmö en coche. Con sus paradas, con sus historias, con nuestra historia.
El día empezó cruzado, la hora prevista de salida eran 8am. Y tras los excesos de días anteriores y el menú de la boda de Cristina y Santi, las sábanas se pegaron hasta las 9:30.....sin embargo, nuestras maletas y comida estaban esperándonos como sí de la hora marcada se tratara.
Nos pusimos en camino a las 10:34, primer destino: Zaragoza.
Cris viendo lo que se avecinaba, decidió llevar un cojín para hacer más confortable el viaje.....sobre los 50km, el cojín hacia su función, y mientras Pablo acarreaba horas de sueño, Cris meditaba profundamente cuán largo iba a ser el viaje, tras 10 min. de sueño, levantó lo lo ojos y dijo: "te he dicho que trajeras dos cojines, ahora se me tuerce el cuello..." (Evidentemente es mi culpa). Al minuto, volvía a su meditación. Mi compasión fue tal, que prolongué la parada al km 250, para que recuperase lo que yo no podía....
Olíamos el Ebro, Zaragoza estaba cerca.
Llegamos a Zaragoza con la idea de visitar la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, tras cruzar a pie el Ebro (por un puente) y plantarnos en la puerta de la Basílica, los planes cambiaron, decidimos comer antes de entrar.
Tras 4 horas de viaje, el viaje de Cris se reducía a comer y dormir.
Comimos demasiado bien, y barato (dato importante), tras visitar la Basílica continuamos el viaje con destino final, Malmö.
Cercanos a la frontera realizamos la última parada antes de llegar a Lourdes, Francia. Con dos intenciones: estirar las piernas y repostar; además nos aprovisionamos de una garrafa de combustible por las contingencias que puedan esperarnos. (Mi especial antipatía a Francia, hace que quiera repostar allí lo menos posible).
Dejamos atrás España cruzando el túnel de Somport (7km de túnel que le convierten en el hermano mayor del túnel de Guadarrama).
Francia nos recibió con un cielo triste y encapotado, acompañado de un fina lluvia que hicieron de los últimos km hasta Lourdes, una travesía aburrida y pesada (velocidad media 70km/h.)
Llegando a Lourdes las rotondas pusieron a prueba nuestra paciencia.
La sorpresa fue mayúscula al comprobar que Lourdes esta repleta de decenas de puestos donde el  merchandaising hace furor.  Sin más que dejar las maletas y comer un "mísero" bocata decidimos salir a conocer todo aquello que en una escasa hora nos diera tiempo. Pasamos calles, tiendas y más tiendas hasta llegar al Santuario, finalmente encontramos La Gruta, un lugar mágico con un paisaje de encanto. Demasiado contraste con la imagen previa de pueblo playero/veraniego que aportan las tiendas y "negocios" de Lourdes a los turistas.
La noche se echaba encima, nuestros cuerpos exigían descanso. Por sí eso era poco, el día siguiente tenía para nosotros una mañana de turismo y casi 800km hasta Le Mont Saint Michelle, alojamiento previsto en Saint-James.
Mañana más y mejor, ahora toca dormir, no por placer sino por necesidad.
Buenas noches.

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