domingo, 5 de diciembre de 2010

A la luz de la hoguera

 Lo prometido es deuda....prometí actualizar esto si me era posible y aquí está.

 Esta vez, escribo desde un reducto de la sierra de Madrid, donde me encuentro pasando el puente en compañia de mis queridos progenitores.

 Llevo aquí dos días encerrado en casa, no he salido para nada más que para buscar al trastero maderos que consuma la lumbre que calienta mi hogar. Me he dedicado por completo a intentar (digo intentar porque a día de hoy no está para nada acabada) una práctica de Caminos y Aeropuertos, tras a colación(seguro que cuando alguien lea esto se acordará de Lázaro...) con la bochornosa situación de los controladores aéreos en nuestro país; por suerte para ellos yo no mando, pues si lo hiciera se irían todos a la calle sin cobrar un duro...Aparte de eso, me he dedicado a preparar mi cercano examen de Resistencia de Materiales, el cual me trae por la calle de la amargura.

 Mis ratos de relax se consumen observando la hoguera, el fuego me trae muchos recuerdos(buenos y malos) y me recuerda cuan diferente eran nuestras vidas hace escasos 3 años.....ahora todo ha cambiado, nuestras vidas, nuestras perspectivas futuras, incluso nuestro manera de ver la vida(al menos la mía)....Se me pasa el tiempo muy rápido mirando el fuego, me evade del mundo actual y me lleva a otro lugar, no sé si bueno o malo, pero a otro lugar, quizá pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor o, quizá, que lo mejor está por llegar. Me planteo delante de él que será de mi, de mis padres, de mi familia, de mis amigos, incluso de la gente que quedó por el camino, no porque ya no esté entre nosotros, sino porque simplemente decidió que su vida tenía que alejarse de la mía....Sólo espero que a todos ellos la suerte les sonría de nuevo, porque todos ellos creo que llegados a este punto, lo merecen.

 Como véis estoy bastante melancólico, creo que es por el tiempo, o por el frío, o por las circunstancias personales, o por una conversación con mi padre que, insiste en que yo tengo que aprender a manejar su programa ante la posibilidad de que a él le pase algo y sea yo, quien tenga que responder mínimamente. Él no lo sabe, pero que me dijera eso me hizo reflexionar.

 Por lo demás, la música, la buena música, me hace todo mucho más llevadero.

 Cuidarse.

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